miércoles, 18 de mayo de 2016

LA VIEJA MÁQUINA DE MOLER





Por: Carmen Muñoz de Gonzalez
Villa de Cura, estado Aragua, República Bolivariana de Venezuela

Aunque las circunstancias parezcan adversas, creo fielmente en Dios y en el dicho o proverbio que dice “Dios proveerá”.  Doy gracias por el sustento diario. Valorar las cosas simples de la vida. Recordar mi infancia, el viejo vapor de maíz donde cada día se llevaba a moler el grano para hacer la arepa, el pan del venezolano.

Vuelvo al pasado y reconozco mis capacidades, las cuales todavía no había utilizado.
Guardada en un rincón de  un cuarto la vieja máquina  de moler marca Corona,  llena de polvo, paradita como soldado esperando que le den una orden, despreocupada del tiempo, me ve todos los días cuando entro a esa habitación.

Yo decía dentro de mí: 
-Un día de estos te llevo al Museo Inocencio Utrera para que pases a formar parte de su colección de antigüedades.
Pero…no.  Ella apegada a mí, nunca se dio lo pensado.

Un buen amigo trajo como tres kilos de maíz, el alimento de nuestros ancestros.  Todo bello, limpiecito, enterito, amarillito. Mi comadre María José lo guardó como un tesorito, porque ella quería tomar carato y no lo había podido hacer.

Llegó muy triste por haber hecho una larguísima cola y no agarrar nadita…la harinita se esfumó.

Entonces, en una niebla de confusión, de repente, me llega un impulso interno que me lleva a la solución:
-¡Ajá! Aquí estoy yo esperándote para resolver el problemilla.
Y ¡Zas! Se prende la luz:
A sancochar el tesorito – el maíz-, a moler se ha dicho.

En completo silencio y tranquilidad, con brazo amoroso, realizamos la faena.
Y así es: la gente desprecia a los viejos que tienen un cúmulo de sabiduría.  Todos los días obtenemos lecciones de vida.

Estoy pensando en ponerle motor a la vieja máquina y vender maíz molido.  Sería una buena fuente de ingresos, hoy en día que todo se vende. Los reales están hechos, lo que hay es qué buscarlos.

A comer arepa, bollo y majarete.

A retomar las tradiciones del maíz pila’o y molí’o

Sitio web de la imagen: https://www.youtube.com/watch?v=KPLugljEVEk


 COMENTARIOS:

Maria Gonzalez Yo también hice lo mismo con la máquina de moler , de mi abuela , me la regaló veinte días antes de partir y sus palabras fueron proféticas : toma hija , con este aparatico me gané el pan para tu papá y para mi , no pedí , trabajé y nunca pasamos hambre , tal vez en algún momento te ayude , porque una nunca sabe , la vida da muchas vueltas , cuídela ! Bueno aquí estoy 19 años después , moliendo para hacer las arepitas . Gracias A Dios !


Veronica Carpio Muy buena idea...y díganme donde lo van a vender para ir a comprar.....?

Judith Araujo DIOS, RECUERDO A MI MAMA ANA

lunes, 2 de mayo de 2016

EL JARDINERO DE LA PLAZA MIRANDA


Por: Carmen Muñoz de Gonzalez
Villa de Cura, estado Aragua, República Bolivariana de Venezuela

La vida está llena de jornadas y el trabajo dignifica al Hombre. El Sr. Esteban fue el mas vivo ejemplo de este adagio. Era el encargado de regar los jardines de la m ajestuosa Plaza Miranda.  Se enorgullecía de eso, los cuidaba y mimaba cual a un niño primoroso.

Cuentan por allí que un día cayó un soberano palo de agua toda la noche  y él, muy temrano, se dirigió a realizar su trabajo: regar sus matas, sin importarle que hubiera llovido.

Este señor disfrutaba su oficio, lo realizaba contra viento y marea, mijito.  Las personas se recreaban con el frescor que  proporcionaban los árboles frondosos, el verdor de sus jardines...En verdad eran otros tiempos, tiempos en que la gente se entregaba por entero a su trabajo  y, como siempre, la plaza es el recinto de reunión y de distracción de los pueblos y sitio de llegada del visitante.

COMENTARIOS:

De:Yessica Herrera ¿Qué le pasó al señor?
2 de mayo a las 20:36

De: Marianela Pérez Wao, se ve bonita la plaza






JUAN MONTAÑA ENZISO (El popular "Chingo" Juan)


Por: Carmen Muñoz de Gonzalez
Villa de Cura, estado Aragua, República Bolivariana de Venezuela

Era enfermero. Colocaba inyecciones a domicilio. Llegaba con su cajita de acero inoxidable con sus respectivas inyectadoras de vidrio. Pedía una ollita con agua y delante del paciente hervía su material de trabajo, pues todavía no habían salido las inyectadoras desechables.

Poseía su tarjeta de presentación con información detallada acerca de su trabajo. Un buen amigo a quien le gustaba compartir una charla amena.  Todo el mundo lo conocía por su apodo: El Chingo, por el pequeño defecto que tenía en su boca.

Formó parte de ese batallón de ciudadanos encargados de prestar un servicio sanitario cuando escaseaban muchos enfermeros, pero al llegar la masificación de la educación el panorama cambia y ahora acudimos a centros especializados y el 12 de mayo, Dia de la Enfermera, recordamos a esos viejos enfermeros que transitaron nuestras calles a prestar su servicio donde lo requerían


COMENTARIOS: 

De: Anónimo

7:12 p.m., agosto 19, 2016
GRACIAS POR RECORDAR A MI TÍO JUAN MONTAÑA, UN PERSONAJE HISTÓRICO DEL PUEBLO VILLACURANO. SOY VILLACURANO DE NACIMIENTO HIJO DE JOSE FELIX MONTAÑA ENSISO EL CUAL ES HERMANO DE JUAN NEPOMUCENO MONTAÑA ENSISO. RECORDADO COMO EL CHINGO.