miércoles, 30 de septiembre de 2015

LA PIEDRA QUE MATÓ AL “MUSIÚ”


Por Carmen Muñoz de González

Por los años 1950 ya funcionaba la mina de piedra Calidrat (Las Peñitas). El estruendo del dinamitar de las piedras se oía en toda la circunferencia del pueblo ocasionando molestias cada vez “contaminación sonora y atmosférica por el polvillo”.

Ocurrió que en una de las explosiones, un trabajador extranjero, italiano él, que supervisaba las labores, en un descuido, no hubo “a según” la advertencia indicada para esos casos, no percatándose del momento de peligro, no se pudo poner a salvo y ocurrió el accidente laboral: la caída de una enorme piedra lo sorprendió ocasionándole la muerte.
Debido a razones humanitarias familiares o no, reposa la piedra en la tumba de ese noble trabajador con su retrato y todo.

De allí el dicho o comentario, cuando alguien no es de nuestro agrado le aplicamos la frase coloquial Me cae más pesado que la piedra que mató al musiú*.

Hoy en día casi no se utiliza ese proverbio ya que han surgido nuevos hechos que se acomodan a la actualidad pero perdura en el recuerdo de quienes lo oímos…yo aún lo uso…ja,ja,ja.



NOTA: Musiú es una palabra originada en el francés monsieur (señor) y se usaba antes en Venezuela para nombrar a todo caballero extranjero


Sitio web de la imagen: https://pixabay.com/es/ca%C3%ADda-de-rocas-caen-piedras-30931/

miércoles, 23 de septiembre de 2015

TRAICIÓN


Por: Carmen Muñoz de Gonzalez


Vil ego del hombre
arraigo de maldad
sembrado en el corazón.
Serpiente venenosa
que viertes tu elixir
cual hiedra trepadora
en el pensamiento
para anudar y estrangular
relación visible.
Sales airosa, repugnante,
luciendo tu victoria final
cual congoja profunda
de desilusión y maldad
dejas en lo profundo del ser.
Tras  mostrar oscuro parecer
está la luz divina 
del bendito proceder
dando paz, sosiego y serenidad
envolviendo todo en la quietud del silencio
contemplando un mundo pleno
con la magia del perdón.


Sitio web de la imagen: http://burgostecarios.blogspot.com/2014/02/traicion.html

VIDA


Por: Carmen Muñoz de González

Vid, vida, vida
¡Cómo pasas!
¿Qué dejas?
Todo y nada
sólo recuerdos bajo pensamientos
encarcelados por años
en el lejano horizonte
que una vez contemplamos.
Sueños profundos de abismos
alegres y remanso de paz
a nuestras almas.
Fina arenilla
que se desliza entre nuestros dedos
tic, tac, del reloj del tiempo.
Fugaz vida, página en blanco
Que cada día escribimos.
Creación de Dios
Expresada en vida.

Sitio web de la imagen: http://caspiroletablog.blogspot.com/2012_04_01_archive.html

miércoles, 16 de septiembre de 2015

MI TANQUE DE AGUA



Por: Carmen Muñoz de Gonzalez


Los adelantos muchas veces son el atraso de los pueblos. Complicado pero...

Cuando el agua se va ¡Cómo añoro mi tanque de piedra!

Grande, majestuoso, tapado con una lámina de zinc para que no le cayeran hojas de los

 árboles. Y su tapón: una tusa.

¡Qué práctico en vacaciones! Servía de piscina. Allí pasaba mis ratos rodeada de árboles 

frondosos.

Yo nací y me crié en una casa grande, amplia, de la calle Sucre, donde hoy día funciona la 

escuela San Luis Rey.

Retomo la idea: los tanques desaparecieron de los patios centrales de las casas. 

 Modernismo: tanques de plástico. Más cómodos, cilíndricos, pero difíciles de llenar: que si 

la bomba...¿Y si no hay luz?  ¿Y si el agua es poca?  Bueno, veinte mil problemas.  En 

cambio, las piletas allí, espléndidas.  Hasta había una casa cerca que tenía seis tortugas 

que servían para rejuvenecer el agua.  

Antes no escaseaba tanto el agua, pero yo eché los dientes en mi querido tanque.

Saltones debía tener, nadie se preocupaba de eso.  Del dengue menos  ¡María purísima! 

El tanque servía para recoger el agua de lluvia.  Era nuestra fuente natural de agua y de

 esparcimiento.


APODOS





Por: Carmen Muñoz de Gonzalez



La Villa es célebre por los apodos de sus habitantes.  Creo que hay mas de quinientos apodos según un trabajo escrito que hay por allí.

Cuando trabajaba en la escuela siempre los niños eran susceptibles a ellos pero no pasaba de allí. El maestro o maestra de forma inteligente manejaba la situación.  Cuando un niño llegaba usando lentes por vez primera , la madre - muy inquieta - se acercaba y decía:

- Maestra, que no le digan cuatro pepas.
- Bueno, pero si usted se lo viene diciendo de casa ¿Entonces?

Había qué dar una clase magistral sobre el ojo, enfermedad y por ende el uso de los lentes.

Si a alguien le ponían un mote que salía de los juegos de ellos mismos les recordaba un cuento famoso que circulaba en el pueblo:

Cuentan que una vez llegó un forastero a la Plaza Miranda, se sentó en un banco y comentó muy sonriente a varios caballeros que se encontraban allí que él se había venido de La Victoria porque allá le decían papagayo de sobre nombre y eso era un abuso.

- Claro que sí - contestaron a coro - Qué descaro.

Conversó aún un rato y luego decide su partida, pero apenas se alejó un poco  uno de los que estaban sentados allí le pegó un grito:

- ¡Se fue volando el papagayo!

Y sin mas quedó confirmado el apodo.  Al tiempo tuvo qué irse a otro pueblo - San Juan- pero no repitió el cuento...había aprendido la lección.

Antes se manejaba este asunto en forma jocosa y hasta ahora, si usted pregunta por algún elemento y lo menciona con su nombre de pila a lo mejor dicen no conocerlo pero si dice el apodo...¡Ay, papá! Allí mismo responden.

Ahora ese problema del bullying  es otra cosa que ha tomado fuerza en los colegios a nivel mundial.

Antes eran apodos y punto, pero hoy se ha convertido en acoso, maltrato, dañan al niño o a la niña, al adolescente, causándole perjuicios físicos y sicológicos y hasta ha llegado al internet.  Y muchos ignoran que esto es penado por la Ley.


Imagen del papagayo tomada del sitio web https://noticiasfalcon.wordpress.com/2014/03/page/3/





lunes, 14 de septiembre de 2015

PABLO CENTENO NIEVES

Por: Carmen Muñoz de González

    Pablo Centeno Nieves nació en Villa de Cura el 2 de Marzo de 1929. Estudió en la Escuela Nacional “Arístides Rojas”. Aprendió el oficio de operador de cine en 1948, de manos del señor Miguel Borges , en el antiguo Cine Ayacucho. 

           Trabajó durante 47 años finalizando su labor en el Cine Centro Cagua. Recibiò reconocimiento por la Asamblea Legislativa por su gran labor como Operador de Cine. Regresó a manos del Padre Eterno el domingo 13 de septiembre del 2015 a las 6 a.m. de la mañana dejando un legado para nuestra villacuranidad: el ejemplo de una vida de esfuerzo y trabajo honesto.


domingo, 13 de septiembre de 2015

EL MISMO NOMBRE Y APELLIDO


Por: Carmen Muñoz de Gonzalez
Villa de Cura, estado Aragua

La casualidad de tener el mismo nombre y apellido y - de paso -vivir cerca, fue lo que llevó a que a mi amigo César Martinez le rezaran en vida.
Alguien le comenta a una amiga de èl que muriò Cèsar Martinez y ella, asombrada, pregunta:

- ¿Cómo? ¿El de la calle Sucre?
- Sí, ese misno.
- ¡Dios, no puede ser! ¡Que lo tenga en buena hora!

Muy  afanada por no haber asistido a las exequias prepara en su casa los nueve rezos para el difunto.  Cumple religiosamente con estos y al llegar al último manda a su hija a buscar flores para el altar que se acostumbra hacer. Ella, joven y bella, al fìn va a hacer el mandado, pero cuando pasa frente a la iglesia, para su asombro lo ve en la puerta ¡Viene acompañando un entierro! 

Sale despavorida y al llegar a casa con gran asombro le dice a su progenitora:

- ¡Mamá, mamá, el muerto estaba parado en la puerta de la iglesia!
- ¿Qué muerto, muchacha?
- ¡César...César...yo lo ví!

Al comenzar las averiguaciones se da cuenta que fue un mal entendido y ella finalizó sus rezos como si nada. 

Él me comentó esto y yo le contesté: 

- Bueno, amigo César, ya los tienes adelantados ¿Qué te puedo decir?


NOTA ANECDÓTICA: La persona encargada de colocar las imágenes a los artículos de este blog buscó cuidadosamente a César Martinez en Facebook y publicó una foto donde él aparecía con una cruz amarilla al lado (Cruz de Mayo adornada con flores), cual no sería su sorpresa al constatar que se había producido otro error ya que colocó la foto de César Martinez, el cultor y titiritero que trabaja en la Biblioteca Pública Ezequiel Zamora y no del otro César Martinez.  Así que "cuadró" una reunión con él y le tomó la foto que ahora ilustra el articulo. El César Martinez de la anécdota, víctima nuevamente de una confusión a causa de nombres iguales...ja,ja,ja.