miércoles, 19 de septiembre de 2018

LAS VÍSCERAS MISTERIOSAS


Árbol de cotoperiz con su atractiva carga.
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Esas casas viejas que albergan tantos misterios. Dos patios: el
central y otro atrás donde abundaban árboles grandes, frutales.
Había un cotoperiz frondosa y era justo la época de dar frutos…
más generosos aún.

Pero…(como siempre el pero) decían los viejos de la casa que un
hombre hace años colgó allí la asadura (las vísceras) de su mujer
después de asesinarla. Y que la misma aparecía en forma fantasmal
y se veía clarita, colgada del árbol, meciéndose a impulsos dela
brisa, iluminada por la luna llena… y también por la menguante y
creciente y con iluminación propia en noches de luna nueva. Se
movía ese bulto bamboleándose de un lado a otro como resonando
en la mente del que la osara ver su cruel destino: muerta en las
manos de un esposo borracho y maltratador.

Lo cierto del caso es que uno niño, acostado, al acordarse de ese
hecho se le ponía la piel de gallina y colcha arriba hasta cubrirse
la cabeza.

Lo cierto del caso es que ahora de adulta, recordando aquellos
tiempos, me fijo en detalles en los que entonces no reparé: Los
viejos hablaban de esa historia precisamente cuando la mata de
cotoperiz estaba cargada. Era justamente entonces que aparecía
colgando del árbol la asadura de aquella mujer.

¿Espectros inexplicables pero ciertos? ¿Manifestaciones del más
allá? ¿Violencia de género? ¿O simplemente era que querían que
uno no comiera tanto cotoperiz para entonces ellos poder vender
completa su carga?

Los dueños de la verdad murieron hace mucho, cuando yo aún era
niña, sin embargo, queda este misterio mezcla de horror y
suspenso entremezclados con tantos recuerdos de esa época
mágica de nuestra inocente niñez de la época de antes



Carmen Muñoz de Gonzalez, Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

DOS RATONES DE ÉPOCAS DIFERENTES ESTÁN EN PLENA COMUNICACIÓN


Ratón viejo en el pasado y Ratón joven en la globalización, comentando en el Salón de Lectura de la Biblioteca Pública Ezequiel Zamora de Villa de Cura, donde se recrean por las tardes de los miércoles a los niños y niñas con sus aventuras donde cada uno de ellos expone su creatividad mediante la lectura de cuentos ¡Creados por ellos mismos!

Pero ultimamente están tristes porque ellos quieren que los niños tomen interés en la creación de cuentos para que su imaginación fluya en la construcción de hermosas historias.



Ratón viejo le cuenta a Ratón joven cómo antes el Salón de Lectura estaba lleno de niños y ahora solo quedan muy poquitos para contar las historias donde ellos como protagonistas hacen pasar un rato agradable a los ratones.


El Ratón joven comparte la preocupación de Ratón viejo y agrega que su mayor deseo es que la cultura de la lectura sea un hábito y de noche las reuniones en los hogares sea participativa con sus padres para integrar a toda la familia reforzando los valores de las lecturas y así cuando se despiden hasta la otra semana los fieles guardianes del Salón de Lectura Infantil esperan ansiosos a que vuelvan los niños y ellos también puedan disfrutar de sus aventuras imaginarias.
Colorín colorado el cuento se ha terminado.


Carmen Muñoz de González, Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela