CAMILA Y EL ECLIPSE

Que un niño de corta edad visite tu casa es un hermoso privilegio, ya que sus preguntas pueden llamar nuestra atención acerca de los detalles maravillosos camuflados en lo cotidiano. Por eso me disfruto cada visita y ocurrencia de mi amiguita Camila.

Se pronostica un eclipse total de sol, lo han anunciado por radio, prensa, televisión, internet y a Camila le causa admiración lo que está oyendo:

"- ¿Un eclipse? ¿Qué es eso? ¿Qué pasa?"

Le explico que no se puede ver el sol directamente, hay qué hacerlo con un protector solar. Salgo y busco el mismo que utilizó su papá. Ahora es el 21 de julio del 2017 y no volverá a verse hasta el 21 de julio del 2071 ¡Qué ironía!

Carmen Muñoz de González, Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela

Sitio web de la imagen: https://informacionimagenes.net/imagenes-de-como-de-produce-un-eclipse-lunar/

ZAPATITOS BLANCOS

Los niños y niñas. La etapa en que se forman valores que nos han de regir la vida, o, al menos, algo debe quedar.

Cuando íbamos a la clase de catequesis, una tarde de mayo, llegó una pequeña muy oronda ella luciendo unos lindos zapatitos blancos de fino cuero que le había regalado su padrino para cuando hiciera la Primera Comunión. Niño al f8n quiso lucirlos antes del acto y sus padres, que la tenían muy consentida, después de negarse un rato terminaron aceptando que los usara antes de tiempo, eso sí, previa promesa de ser muy cuidadosa para que no se le ensuciaran.

Al llegar al salón lo primero que dijo fue:

"¡Miren mis zapaticos! ¡ Costaron veinte bolos!" (Para la época eran caros y esto enorgullecía tanto al padrino como a los padres que no se cansaban de repetir entre sus familiares que los zapatos reservados para tal ocasión "habían costado veinte bolívares")
De inmediato, apenas la que llegaba terminaba su frase, otra niña, muy sonriente, también con zapatos nuevos, acotó con gran sencillez:

"- ¡Los míos le costaron cinco bolívares a mi papá en el mercado!"

Los zapatitos en referencia eran de plástico traslúcido, color ámbar (los popularmente llamados "tutifruti") y resaltaban con sus desgastadas pero muy limpias mediecitas amarillas. La hacían ver como Cenicienta con sus zapatillas de cristal.

Mi amiga (la de los zapatitos blancos), ya bastante adulta me contó este pasaje de su vida como el momento en que "desarmada" ante la inocente simplicidad de su compañera de clase se dio cuenta que estaba presumiendo y se prometió a sí misma no volver a caer en esto del alardear, presumir y "echarse la de" por contar con algo que no tuvieran los otros.

Por mi parte agrego que ahora de lo que se alardea en sí es de "las marcas". Se les oye decir a viejos y chicos "es de marca", "¿qué marca son?".

El poder, cualquier cosa nos lo da y nos hace creer superiores a otros. Pecado capital: La vanidad.

Carmen Muñoz de González, Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela

Sitio web de la imagen: http://modaparabebes.com/zapatos-blancos-de-bebe-nina/zapatos-blancos-de-bebe-nina-4/

¿LLOVIÓ QUESO DEL CIELO?

Cuando el río Tucutunemo fluía en la parroquia Las Mercedes, aquí, en mi querido pueblo Villa de Cura, aquella época tan noble y sencilla la gente, época de pulperías. Los campesinos venían más arriba, de allá de los Valles del Tucutunemo, a vender lo cosechado producido con tanto esfuerzo. Trajinaban por caminos polvorientos, en carretas o muchas veces a pie.
Cierto día, dos señores ellos campechanos, llegaron a la orilla del río para lavar sus panes de queso que traían, en una mochila, a vender. Uno de la quesos se escabulló y se echó a correr rapidito corriente abajo pasando justamente por el frente de mi tío Rafael quien se estaba bañando con ropa y todo porque era verano y se estaba refrescando.
Cual fue su sorpresa. No estaba lloviendo quesito del cielo sino que rápido pensó:

"¡Ay, esto se le escapó a uno allá arriba!"
Y se fue corriendo río arriba por la orilla con el pancito de queso en la mano para entregárselo al dueño.

Todo bello, qué gran acción, pero...(Como siempre el "pero") ...uno de los lavadores de queso le dijo con sorna:
-" Gracias, muchacho, y tente este "medio" (moneda de 0,25) para que te compres un pedazo de mecate y te ahorques por honra'o"

¡Dios! ¡Qué malvado! No agradeció el gesto. El diablo siempre metiendo el rabo.
Yo, si me lo hubiera encontrado, me voy corriendo a casita porque yo soy como el ratoncito: me encanta el queso quesito, y caído del cielo...más ¡Qué cosas! ¿No?

CARMEN MUÑOZ DE GONZÁLEZ, Villa de Cura, Edo. Aragua, Venezuela

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