Por: Carmen Muñoz de Gonzalez
Villa de Cura, estado Aragua
En cualquier parte del mundo que se encuentre un villacurano recordará con gran añoranza dos procesiones de nuestra Villa de Cura que se realizan en día viernes. Una de ellas es Viernes de Peregrinación a la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes (Única peregrinación en Venezuela que porta estandarte y uniforme). La otra, la mayor reverencia que el pueblo hace a nuestro Señor Jesucristo: La Procesión del Viernes Santo. Pero con esta procesión no se escapa de nuestra memoria la figura de José Arístides González Romero, quien tocaba el redoblante e iba delante del Santo Sepulcro.
Arístides tocó por más de 29 años seguidos en dicha procesión, honor que heredó de su tío Carlos Limonche al morir este quien lo había ejecutado por 49 años.
En la actualidad, desde hace 18 años (O sea, desde el año 1996 hasta el 2014, ambos inclusive) tomaron el relevo su hijo Pedro José González Agüero y su sobrino Pedro Luis Díaz Gonzalez ya que Aristides falleció el 26 de junio de 1995.
A lo largo del camino que ha de recorrer la procesión hasta llegar a la iglesia porque el Sepulcro está depositado en su casa grande, colonial y de allí va a la iglesia y en la noche vuelve a hacer el mismo recorrido.
Arístides, al son del redoblante, con duro golpe de ton poro ton ton recuerda el duro tormento vivido por aquel Hombree camino del Calvario en pago de todos nuestros pecados y en busca de la salvación del alma de los hombres con un solo ideal : amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.
Arístides, rojo por el sol inclemente del verano, daba singular sonido de lamento a su redoblante y entre descanso y descanso volvía con su sonido a recordar los pasos dados por Jesús con la cruz a cuestas.
Arístides también fue cantante. Una vez, cuando visitó nuestro pueblo la famosa orquesta del Maestro Billo Frómeta, la Billo's Caracas Boys, cantó Garúa y delante nada menos y nada mas que del Puma José Luís Rodriguez ¡Qué tupé tenía este hombre!
Pero lo mas significativo de su vida fue el apostolado que ejerció: ayudar a un enfermo. Allí estaba él en el hospital o su casa acompañándolo, cuidándolo, prestándole de forma desinteresada sus servicios sanitarios - y hasta funebres, porque de eso también se encargaba-.
Por eso, en Semana Santa, no podemos dejar de recordar al amigo Arístides y su toque peculiar del redoblante.
COMENTARIOS:
De: Oscar Carrasquel Excelente crónica publicada por la Sra Gonzalez sobre la figura y el desempeñp de nuestro amigo inolvidable Arístides Gonzalez Romero. Mi sincero reconocimiento.
De: Iris Peña Què foto, me remonta a muchos recuerdos y si no me equivoco es Arístides, por favor aclàreme si no es.
17 de marzo a la(s) 19:15 ·
De: Iris Peña Ya lo verifiqué, si es, disculpe por no abrir antes y leer lo que sobre él se dice y muy acertado lo que se escribe. Me trae a la memoria gratos recuerdos Dios lo tenga en su gloria
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