Generalmente veo a las personas - conocidas o desconocidas- abatidas o enojadas, refunfuñonas, y pienso:
¡Oh, Dios, la vida hay qué vivirla gozosamente, con agradecimiento! ¡N hay qué dejarse sucumbir, Dios nos bendice con lluvia de amor divino!
Por eso mi tía Senovia ¡Cómo ríe alegre y de todo hace una fiesta!
Imagínense que siendo ella niña un tío suyo tenía su burrito (Tomás) porque a los burros los identificaban casi que los personificaban. Para salir de su casa allá en Las Guasduas (Estado Aragua, Venezuela) se pasaba un tramo donde corría el río Las Minas y luego una subida.
Cierto día va ella toda linda montada en su burro cuando comienza la subida y Tomás echa tres soberanos peos escandalosos. Ella piensa y pregunta:
-Tío ¿Por qué cuando vamos a llegar a la subida el burro hace siempre lo mismo?
- Bueno, mijita, él toca su corneta por si viene un carro en la subida.
Por eso la gente de antes no se enfermaba tanto. vivía con calma y cordura, como hay qué llevar la vida.
Carmen Muñoz de Gonzalez, Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela
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COMENTARIOS:
Marcos Julio Leal Ceballos Excelente, saludos Carmencita!!
Heira Nuñez Gracias por compartir amiga...
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Hola, gracias por leerme, me encantaría también conocer tu opinión sobre lo leido y tus sugerencias para mejorar. Un abrazo fraterno desde Villa de Cura "La Atenas del Llano", estado Aragua, Venezuela.