Carmen Muñoz viuda de González
Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela
“Taller El Zurdo”, ubicado en la calle Dr. Morales Norte #8, aquí, en mi querida Villa de Cura, en el estado Aragua en Venezuela.
Fundado por el Sr Juan Manuel Zapata Corrales en el año 1954 y en el cual estuvo por cuarenta y cinco años al frente del mismo.
Con su reja de hierro en forma de rejilla a cuadros elaborada tan solo con remaches. Anuncio nunca tuvo, sólo un recordatorio en una vieja pared de adoboncitos que decía:
Los trabajos difíciles los hacemos de inmediato,
los imposibles tardamos un poco más
Su lugarteniente, compadre y amigo: Agustín Reyna, el cual lo acompañó por mas de treinta y cinco años y era el encargado de realizar los trabajos fuertes.
“El Zurdo” como su emblemático Wyllis de techo de lona, siempre atestado de la muchachera, el cual fue un recuerdo de un esbirro de la Seguridad Nacional que, al caer el gobierno de Pérez Jiménez, hasta los pelos dejó en su afanosa huida.
Especialista en arreglos de dinamos, arranques y carburadores. Con su trabajo honesto crió y levantó a su familia gracias a su taller, que además de prestar un servicio profesional, también servía de lugar de entretenimiento luego de terminar la faena diaria.
Los presidentes del Concejo Municipal del pueblo de ese entonces acudían a su taller a reparar los vehículos y era tan minucioso que cuando le llevaban dos destartalados, él, con su paciencia, sacaba uno bueno y lo tiraba al ruedo a trabajar.
Los organismos de seguridad también venían, por las patrullas, luego aprendieron y no volvieron a solicitar su servicio mecánico, pero nunca olvidaron sus sabios consejos.
El taller sirvió – y sirve – de escuela para muchos. Allí se formaron sus hijos, sobrinos y reciben pasantes para su pronto aprendizaje en la rama de mecánica.
Ahora, en este tiempo, sus nietos se han preparado: “Fidelito” – como cariñosamente le decimos al hijo de su hijo Fidel, ya difunto, es ingeniero mecánico y Adriana, hija de su hijo Rafael, también está estudiando ingeniería y “echa llave”.
Hay sangre nueva en los Zapata, adaptados a la nueva tecnología. Rafael y José al frente, con la experiencia que dan los años.
Al caer la tarde, cuando la luna despunta, florecen los pensamientos y la nostalgia nos embarga, el “Taller del Zurdo” abre sus puertas y se convierte en “El Club de los Setenta”, un grupo de vecinos que juega dominó. Allí activan la mente y el sano esparcimiento de la vecindad aparece con su mágico encanto de la fraternidad. Hay hasta un “DJ” con su música seleccionada desde “raspa canilla” hasta “córtame las venas”, para todos los gustos y los concurrentes, todos de setenta años – por eso el nombre del club -, cafecito a puerta’e mesa, torta al final del mes para celebrar la vida. Esta es mi cuadra.
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