Por: Carmen Muñoz de Gonzalez
Mi querida comadre Josefa fue criada en el campo, a lo ancho, como florecita silvestre. Comiendo guayabita sabanera y tomando guarapo de caña como lombriz de tierra.
Cuenta ella que había una creencia: que el tripón o la tripona que no comenzara a caminar a cierto tiempo debía recibir un remedio infalible para esto. Este solía ser: buscar las cuerdas de un venado - que se lo encargaban a un buen cazador de la zona, vecino del sector-. Al traerlas las dejaban secar al sol y sereno. Al estar listas se las amarraban alrededor de los tobillos y con ellas embadurnaban las piernas con canela y huevo.
Esta suerte de amuleto o tratamiento lo cargaría hasta que comenzara a dar sus primeros pasos. Asociaban que como el venado camina tanto, es ágil para correr, esta acción se la transmitía al niño o la niña y como en un santiamén arrancaría a caminar y problema resuelto.
¡Qué creencias tenía esa gente! Ese caminaría cuando le llegara su tiempo.
Métodos que el hombre inventa para alcanzar algo, pero es el tiempo quien lo da.
COMENTARIOS:
De: Gonzalez Maigualida ESO ES EL FOLKLORE... Y LAMENTÁNDOLO MUCHO SE ESTAN PERDIENDO...
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De: Gonzalez Maigualida ESO ES EL FOLKLORE... Y LAMENTÁNDOLO MUCHO SE ESTAN PERDIENDO...
Sitio web de la imagen: http://vamosdecaceria.com/articulos/donde-colocar-el-tiro-y-cuando-dispararle-un-venado
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