Siguiendo los cuentos de serenateros, que, miren, son bastantes, mijitos. Eran otros tiempos. La emoción de ambas partes. El que deleitaba con la serenata y la joven que la esperaba ansiosa detrás de la ventana-
Una noche se pusieron de acuerdo cuatro autos llenos de jóvenes, una "patota" - como se decía en esa época - para ir a ·serenatear".
Entre canciones, ron - que no ha de faltar la bebida espirituosa - y la lista de a quienes iban a ir a deleitar con sus románticas canciones se pasó el tiempo y ya se iba a terminar la ronda cuando, de repente, frena el primer carro porque allí estaba la casa de la novia de uno que iba allí y se había olvidado de darle su serenata. Al golpe, frenazo de los restantes, se bajaron más prendidos que una antorcha y el guitarrista pregunta con qué canción iban a comenzar. El novio muy galán él le dice que con "Mi amor, despierta", a lo que el cantautor contesta: - "Será una momia, porque si no despertó con el frenazo..."
La chica estaba paradita detrás de la ventana.
¡Qué mal gusto, mi amigo! Siempre recuerdo la carita de la joven
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