martes, 26 de octubre de 2021

MINI CRÓNICA SOBRE LOS BARES DE ANTAÑO DE MI PUEBLO

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 Por: Carmen Muñoz viuda de González


Mi pueblo: Villa de Cura, en el estado Aragua, Venezuela. Hoy les contaré sobre sus bares de antaño, o, simplemente, “botiquines”, también tienen su real encanto en el alma del villacurano. Sitios cargados del más melancólico recuerdo de un guayabo (despecho), de un desamor, o también de un amor platónico vivido por un joven galán que no se atrevía a cortejar a la dama, solo la contemplaba al verla pasar.


Allí en la esquina de Los Albañales, o sea, entre las calles Sucre y Dr. Morales, se encuentra el bar ”El Polo”, regentado por la familia Valera.


En la década de los 50, Don Magdaleno Valera estaba al frente de su negocio. Se le conocía como Compañerito Valera. Un hombre sencillo, honesto, trabajador, quien educó y formó a su familia bajo los principios de la solidaridad.
Es una casa grande, con un portón ancho para la vivienda principal y en el local dos puertasy una ventana alta de hierro. Siempre lo pintaba de rojo vino tinto la parte de abajo y blanco o amarillo arriba, con sus puertas y ventana grises, con su rústica estantería donde exhibía las bebidas y, en época de Navidad, adornaba con unas pequeñas lucecitas dando la bienvenida a dicha festividad.
El Compañerito era zurdo y tenía una fuerza descomunal en su mano izquierda que aún de anciano la conservó.


Cuando alguien se portaba mal le daba un apretón tan fuerte que hacía arrodillar al más bravucón. Sin tener grado de estudio sacaba las cuentas mentalmente sin equivocarse. También tenía una percepción rayana en el sexto sentido, ya que al llegar un cliente lo observaba y decía muy pausadamente: ”Este va a echar el carro, se va a ir con la cabuya en la pata” Al rato, ni la sombra del mismo, a lo que decía a quien le estuviera ayudando en el momento: ”Se te fue, murra‘e pendejo. Así no va a progresar el negocio”


 

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Cuántos asiduos visitantes y a todos les conocía los gustos a la hora de poner música en la rokola:
Al legendario ”Nariz de Vaca” Victor Seijas le colocaba ”El caballo Furia” del Carrao de Palmarito. Al sargento Medina le colgaba su favorita:
”A las seis es la cita” con Daniel Santos.


Allí el Dr. Jhon Álvarez se tomó su primera cerveza. Entró camuflado y se sintió como un super héroe, era todo un hombre, pero sería más bien un hombrecito, pues el muy pícaro aún era menor de edad. Travesuras siempre las ha habido.
En el bar ”El Polo” no solo se despachaban bebidas espirituosas, se recuerda con tanto agrado el guarapito de kola aromatizado con anís. Una delicia. Era un heladito en vasito. También se vendía el queso de mano, tan tradicional y exquisito, o los ponquecitos de Doña Mercedes de Guerra y, por supuesto, los rúcanos, templones o aliados que hacía su hija, Josefina de Flores.
Quién de estos muchachos no fue a casa de Valera: Ricardo Jaén, Roger Tejada, José Ramón Sandoval, todo un batallón.

Foto cortesía de Rafael Pérez


Aquí también recordamos los bares El Chorrito, La Garita, Salvatierra, Salomón. Isidro Díaz y muchos otros hicieron vida allí.


Ahora el antiguo bar ”El Polo” es tasca – restaurant El Polo, regentado por Richard Valera, hijo del Compañerito.


Otro estilo, otra época, otro cielo por vivir.


Hay una renovación. La situación actual también está llena de oportunidades, solo que debemos aguzar la mirada para descubrirlas, encontrarlas y desarrollarlas. Y con constancia y esfuerzo de seguro que nos espera el éxito.

 

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jueves, 21 de octubre de 2021

GRACIAS A TODOS

DESDE VILLA DE CURA: 2021



Por Carmen Muñoz, viuda de González.


Doy las gracias a todas las personas que generosamente me ayudaron material y espiritualmente en tan duros momentos que pasé por la pandemia tan cruel que atacó a mi esposo.


Dios obró misericordiosamente por medio de mucha gente para consolarme, siempre hubo una mano amiga que apareció justo en el momento de satisfacer mi necesidad.


Una palabra de consuelo durante un momento difícil ofrece un rayo de esperanza.

EN TODO TIEMPO AMA EL AMIGO



 DESDE VILLA DE CURA: 2021

 

"En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia"
Proverbios 17:17

AMISTAD, GRAN TESORO

(Dedicado a Víctor González Hernández, de parte de Omar Garrido y María José de Garrido)

Gracias a Dios por los que siembran, aprecian y valoran la amistad.
Dios nos ha permitido tener a mi familia como amigo al hermano Víctor Manuel "Victorino", leal, sincero, sin mezquindad, siempre lo recordaremos.
Él con nosotros, unidos como familia.
Con nuestros hijos y nietos, su amor, aprecio incondicional.
Hablar de este hermano es quebrantarse el corazón.
Un hasta luego, amigo.


VILLA DE CURA, MI PUEBLO QUERIDO, VA A CUMPLIR TRESCIENTOS AÑOS DE FUNDADO

 

 

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 Por: Carmen Muñoz viuda de González

 ¡Dios! Mi pueblo rumbo a los trescientos años de su fundación, el que fue la Atenas de Aragua, la capital del Gran Estado Miranda, la cuna de Los Niños Cantores de Villa de Cura, la Puerta del Llano, hoy sólo recuerdos y añoranzas quedan en la memoria de los villacuranos de ayer, anteayer, de hoy, del pasado, del presente, qué sé yo, del hic et nunc, del aquí y ahora, de lo cotidiano.

Contemplo los alrededores de la plaza Miranda, allí, majestuoso, el hombre mąs universal del mundo, Don Francisco de Miranda, con su pergamino en mano, guardado como tesoro con su gran anhelo: La unión de todos los pueblos, y en mi recorrido memorial ubico las casas señoriales que con gran estirpe hacían alardes del abolengo villacurano.

La iglesia de San Luis Rey de Francia, la Gruta de la Virgen de Lourdes, la casa Paradisiera, la de Doña Antonia Hernández de Guevara, los Hernández Castillo, el mercado libre, los Roldán Tosta, Don Luis Mena, Don Narciso Pérez, los Coello, gente que en las tardes adornaban sus frentes de casas con su bella presencia, era un privilegio vivir al frente de la plaza, en sus alrededores.

Hoy en día todo dio paso a la modernidad: comercios, centros comerciales con su movimiento laboral y financiero, pero nunca jamás vida, ese calor humano de los pueblos en espera del visitante o de "muy buenas tardes", "con su permiso". Sólo entrar y comprar. No conozco ni al dueño. Hoy es uno, mañana será otro
Nos refugiamos en el celular "inteligente" (más inteligente que nosotros).

Ojalá podamos rescatar ese cantor del pueblo, el raspa'ero, el cotufero, el vendedor de dulces en una de las esquinas de la plaza, de la salida del cine, y no de la bulla del gimnasio, de la tertulia.

La vida puede ser complicada y confusa, pero hay qué aprender a vivir dentro de ese caos, porque lo que tenga qué compartir puede ser valioso en el presente o de mucho valor para la posteridad.

 

 

Sitio web de la imagen: http://97.74.13.233/noticias/107209/Presunto-antisocial-cayo-abatido-en-Villa-de-Cura

jueves, 14 de octubre de 2021

ACCIDENTES EMOCIONALES

 


Por: Carmen Muñoz de González, Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela


Muchas veces pensamos que los accidentes emocionales les ocurren sólo a los humanos, pero, no, los animales también los sufren, aunque a veces vemos lo extraordinario como ordinario. La vida es grandiosa porque es un regalo de Dios.


Dos cuentos... ¡Siempre los cuentos que les pasan a la gente!


Mi afectísima amiga, doña Margot, me relata que "por allá", en la comarca donde ella se crió realizaron un gran baile de joropo, un evento espectacular.

En todos los alrededores no se oía hablar de otra cosa que del baile.


Llegó el día. Las muchachas bien bonitas ellas, perfumaditas y listas a engalanar la velada. Y los chicos... ¡Ni se diga! Con sus alpargatas listicas para joropear.


El dueño del baile comenta que necesita unos burros para transportar algunas personas que no deseen irse a pie.

Bueno, que a mi amiga le tocó uno muy manso, tranquilo, agarró su camino lenta y silenciosamente en ese amanecer deslumbrante. Pero cuando ella se fija, el dicho burro va derechito al solar de una casa y se plantó sueño hubo forma ni manera que arrancara. De la casa salió un hombre que le dijo: "Tranquila, ese es mi burro y hasta aquí llegó" ¡La fuerza de la costumbre!


Otro día ella va muy linda de medio ladito en su burro, paseando a trote suave por el camino al pueblo. Ya cuando llegan a la entrada se ve a una burra que está amarrada en el botiquín, y el muy loco dio un salto tan brusco y fuerte que la sacó por encima llenándola todita de polvo y rebuznándole a la dichosa burra que se había prendado de ella y quería impactar.


Pero mi pobre amiga, doña Margot, fue la que recibió todas las consecuencias del loco amor a primera vista del dichoso burro.

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