lunes, 16 de octubre de 2023

FERNANDO OLIVO RIVAS, EL TITIRITERO DE LA ALEGRÍA



Carmen Muñoz viuda de González, Villa de Cura, Aragua, Venezuela

El arte de hacer reír a las personas, enseñar valores, es el centro del titiritero. Además de hacer reír hay un mensaje. Comenzando por el que los espectadores valoren esa disposición sentimental de amor que expresan ellos para los demás.

No es fácil estar sentado o parado detrás de una cortina y tener la seguridad de que el mensaje que ellos quieren dar llegue a las personas.

El profesor Fernando Enrique Olivo Rivas es docente integral, con una especialidad en Ciencias Sociales. Actualmente se desempeña como Coordinador de Cultura en dos instituciones educativas en San Juan de Los Morros y desde 1980 está inmerso en el Teatro, poesía, ensayos, cuenta-cuentos, dramaturgia, en fín, todas las artes literarias. Tiene está virtud adquirida en más de cuarenta años de actuación.


 


Fernando logra introducirse en los personajes que presenta. Sus títeres son: Sirindingo, que es un hombre tímido, asustadizo, pero no cobarde y Pisingollo, un hombre sabio, inteligente y valiente, muy acertado en sus consejos.

Otros títeres, muy queridos también, son: Peliamarillo, Titiaro, Tarsis "El Malvado", Sonia, entre otros.

Pocos son los titiriteros que hay aquí en Villa de Cura.

Fernando, por allá en los años 1980 y 1990, fundó grupos como "Primero de Mayo", "Tarantín"; "Entre Comillas", "Luz Sombras", todos formados por estudiantes de escuelas, liceos, universidades y comunidad. Bajo la influencia de ese gran titiritero universal que fue Javier Villafañe.

Estar frente al teatril y ver cómo de repente aparece una persona "espeluscado" - despeinado - o regordete, aristocrático o con dientes de oro o sin dientes, de charlatán a dicharachero, hasta llorón, todo es llamar la atención del público y que el personaje tome vida, que se vea como real.

Gracias a la agilidad del titiritero, esa pequeña figura se mueve con cualquier artificio para el espectáculo alegre.

Pero como todo en la vida va y viene, Fernando ha quedado sólo, con sus títeres guardados en su vieja maleta, descolorida y traviesa, cargada de sueños e ilusiones para realizar alguna actuación en una comunidad o institución donde se le llame.

Fernando es un actor de calle, cree en el arte como una forma de transformación social a favor de las comunidades y su viejo lema de titiritero "Un rostro alegre llena de alegría los demás". Se registró hace dos años en esta red social con el usuario @fernandolivo, pero por diversas circunstancias, hasta el momento no le ha sido posible seguir publicando, sin embargo, les invito a leer su presentación y uno de sus poemas haciendo clic acá

Ojalá que las escuelas conozcan este arte y vuelvan a realizarse este tipo de actividades en ellas, ya que los niños y los jóvenes son seres de luz y espontaneidad.


 


Adiós a un amigo


Carmen Muñoz viuda de González,
Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela


Salgo con el sol mañanero a realizar mis compras diarias y al cruzar la cuadra me sorprende un letrero en la zapatería de Suleiman Wassouf
"Cerrado por duelo". Se me entristece el alma.

Ha fallecido mi amigo y vecino por más de cuarenta y cinco años, propietario del negocio.
Luego de una penosa enfermedad que le mermó sus días de luz por este plano terrenal ahora morará en el paraíso junto a Alá. Llegó al pueblo de Villa de Cura, estafo Aragua, Venezuela, desde su país natal, Siria, con su botija negra cuadrada al hombro para trabajar todo lo relacionado al ramo de la zapatería ¡Aquellas famosas "tapitas" de las zapatillas que no tardaban en desgastarse!

Vino con su hermano Mohamed.
Primero llegó su padre y luego llegaron ellos

Aquellos tiempos de arreglar zapatos por los alrededores de la plaza Bolívar o pasar por la calle a voz alzada: -"¡Zapateroooo!" quedaron atrás.

Fue honradamente progresando y poco a poco montó su negocio aquí en la calle Miranda, muy cerca de mi casa.

Además de arreglar zapatos, vendía correas, chancletas, trenzas, suelas, todo lo relacionado con este ramo.
Jamás se sintió derrotado. Visionario cien por ciento.
Y allí le sacó provecho a lo bueno y a cada cosa.

Nos saludábamos en árabe: yo le decía "Salam aleikum" y él me respondía "Aleikum salam" - Una frase que se traduce como "La paz con vosotros."

Comentábamos de todo, pero nuestro fuerte era la religión.

Esto nos vino cuando transmitieron "El clon", una novela brasileña grabada entre Brasil y Marruecos. Allí comienza nuestra espiritualidad.




Yo le decía "Suleimán el Magnífico" por el ex - sultán del antiguo imperio otomano fiel al Islam.

Amante de las tradiciones venezolanas, colaborador de eventos culturales y deportivos, colgaba allí, en la pared, los diplomas que le habían dado como colaborador de los mismos, en especial, un baile de joropo que se realiza aquí y que recibe el nombre de "Las Tres Marías".

De eso siempre recordaba que había frases que no manejaba bien en castellano y recalcaba "Yo puyo a las tres Marias" en lugar de decir "Yo apoyo a las tres Marías". Por supuesto, ambas frases tienen connotaciones muy diferentes. Nos reíamos mucho de esto.

Suleimán no le tuvo miedo al futuro porque estaba seguro que contaba con la ayuda de Alá para emprender su vida.
Aquí formó familia, tuvo dos hijos. En Siria había dejado otros seis, entre ellos uno médico, odontólogo, que vivió con él, lo vi crecer aquí.

Juan José Girón fue un joven que tenía una condición. Mi amigo Suleimán le abrió las puertas de su negocio dándole trabajo por muchos años.
Suleimán falleció el 7 de octubre de 2023 en su Siria natal, pero en su corazón un pedacito de Villa de Cura se llevó, de su querida Villa de Cura.

No se pasa en la vida por pasar. Hay qué dejar huellas en el corazón de los que nos recuerdan.

Tomó una cita de Gibran Khalil Gibran, que dice:

"Lo que la muerte toma, ningún hombre puede resistir. Lo que los cielos han bendecido, ningún hombre puede castigar. Lo que el amor ha unido, ningún hombre puede dividir. Lo que la eternidad ha deseado, ningún hombre puede alterar"