martes, 16 de abril de 2019

ENCARNACIÓN Y SU RISA DE ORO



"¡A la mujer ni con el pétalo de una rosa!" pero ¡Cuán maltratada era la mujer en otros tiempos! Sin estudios ni dinero se veía obligada por las circunstancias, muchas veces, a buscar "la vida fácil", a mantenerse practicando "la profesión más antigua del mundo". Censurada por unos, pero allí lograba obtener algo de dinerito y sobrevivir a su rutina diaria.


Antes la mujer no tenía tanta participación ¡Nada! El oscurantismo total "Estudie para que sea gente" era lo que se oía.


Viene a mi m emoria el recuerdo de Encarnación, siempre olorosa a Colonia 77, con su alegre vestido floreado, cabellera negra azabache, largos zarcillos de oro cochano en forma de triángulo. Al reir ¡Cómo le brillaba su boca! Parecía que se había tragado el sol. Reluciente, esplendorosa, radiante sonrisa, blanquísimos dientes enmarcados en oro. Otros tiempos, ahora los jóvenes sonríen pero su dentadura de metal dizque "brackets y alambres", bueno, frenillos para el arreglo dental. No, esta mujer los había orificado con prestancia, daría "caché" tenerlos ribieteados en oro. Siempre atenta, alegre:

-¡Buenas tardes, misia! ¿Cómo está la niña?

Y mi abuela entablaba conversación cotidiana con la visitante. Todas las tardes pasaba por frente a mi ventana donde yo la esperaba como el día espera a la noche. Luego, al ella llegar, esperaba ansiosa a que la conversación terminara y ella se despidiera:

-¡Hasta mañana, que descansen!

 
Era cuando sacaba un "medio" (La moneda de Bs. 0,25) el cual depositaba religiosamente en mis manos. Yo salía enseguida a comprar mi Kola El Polo endulzada con miel de abejas.



¡Siempre el mismo ritual, el mismo recorrido, la misma parada, sólo el cambio de fecha y uno que otro día saltado! Nadie comentaba nada, se despedía, se perdía por donde sale el sol ¡Ese mismo sol atrapado en su boca!
Un día no pasó más. Alguien comentó que había partido al sur del país.

-¡Seguramente... - Contestó otro - ...al Callao. A Guayana, donde sí hay negros con dientes de oro!

 
¡Dios!...Se me fue Encarnación, se me fue mi Kola El Polo, pero el oro sigue brillando al sur del país.

Ya no tengo mi ventana.

¡Cómo añoro a mi abuelita!



Carmen Muñoz de González,
Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela

Dirección de las imágenes:
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miércoles, 10 de abril de 2019

VIERNES SANTO VILLACURANO

 

 NOTA: Todas las fotos son tomadas del facebook de Ramon Alfredo Corniel

Hay dos viernes en el año que causan admiración en mi querida Villa de Cura (estado Aragua, Venezuela), son el Viernes de Peregrinación (Culto a nuestra Santísima Virgen de Lourdes)...

 

 y Viernes Santo... a Jesús yacente en el sepulcro.

 

Por la fe son tradiciones, costumbres villacuranas, las procesiones de la semana Mayor. Desde el Lunes Santo, Martes Santo, Miércoles Santo y la mayor: el Viernes Santo. Todo el día el Santo Sepulcro está en la calle . Lo trasladan desde su casa a la iglesia, luego en la noche vuelve a hacer el mismo recorrido pero en sentido contrario para regresar a su casa.


 

 Por la fe se tiene propósito de vida, la fe en lo que se espera, la prueba de las cosas que no se ven.

Nuestras procesiones se engalanan con música sacra tocada en vivo, antes dirigida por Don Víctor Ángel Hernandez, y luego por Germán Cordero. Nos deleitamos con marchas como María al pie de la cruz, Jerusalem, La Caridad, La Humildad de Jesús, autor de las mismas Don Rafael Hernández León, oriundo de Cagua y padre de Don Víctor quien hereda su legado y lo transmite a otros.

Todo un concierto solemne y el pueblo transportado al éxtasis religioso, meciendo de lado a lado el Santo, dejándose llevar por las notas musicales.

El Viernes Santo se acostumbra sacar al preso. La policía tenía su sede frente a la Plaza Miranda, lugar de paso obligatorio de la procesión del santo sepulcro, y aunque cambiaron su sede a otro sitio aún se conserva el edificio como tal y la tradición de soltar a un preso así como en su momento los judíos soltaron a Barrabás. Allí parados frente a la edificación los gendarmes, en señal de respeto y frente a la imagen que en el momento que cruza en frente detiene su avance Sale entonces en franca carrera un hombre cualquiera del pueblo y al golpe del planazo que recibe entra a formar filas debajo de la mesa del Santo para cargarlo.

Esto lo hace uno en señal de promesa, por agradecimiento a algún favor recibido. Y si para la fecha no había alguien detenido, siempre algún borrachito que anduviera ese día cerca de la plaza era presa segura para ser llevado a lasede policial y esperar el paso del Santo para su liberación.

Todos los presentes atentos, en silencio. con ojos fijos a la puerta de la sede policial, observando la salida para luego exclamar:

-¡Era perencejo o zutanejo, que lo agarraron!"

La venia del Santo, la bendición para liberarnos de tantos males que nos aquejan y la penitencia el planazo por los errores cometidos y el hasta el próximo año. Otro pagará promesa, pasa la procesión y las calles vuelven a quedar oscuras

Camen Muñoz de González, Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela

martes, 2 de abril de 2019

LA AMIGA PANCHITA



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Esas mujeres de pueblo dispuestas a ayudar al necesitado sin ver nada, solo lo apremiante de la situación y en el momento oportuno. Así era l buena amiga Pancha, tan singular y espontánea ¡Cómo ayudaba a la comunidad! Dispuesta a curar un enfermo, inyectar a un niño, atender un parto en la casa y en el arreglo de un difunto era excepcional. No dejaba casa dónde ir de norte a sur, de este a oeste. Allí se oía el grito de: ¡Ahí viene la popular Panchita! Al terminar su servicio, que era ad honorem, con mucha delicadeza decía: - Ay, mamita ¿Por casualidad tú no tienes un huevito, un pedacito de queso, unos ajicitos, un cilantrico, una presita por allí rezagada? Y así llenaba su saquito (Que no lo dejaba en momento alguno de cargar)

Ahora, en estos tiempos ¡En cuántas Panchitas nos hemos convertido llevando la bolsita o yendo a casa de la amiguita: Aquí vengo a hacerte un truequito. Te cambio un poquito de azúcar por arroz y así sucesivamente. Porque al mal tiempo buena cara y la actitud… En las crisis es cuando nos fortalecemos.

Seamos creativos, el talento que Dios nos dió tenemos qué ponerlo en práctica. Ahorita debe reinar la solidaridad como el valor que resaltaba Panchita: Ayudar al prójimo.


Carmen Muñoz de González


Direcciòn de la imagen: https://www.eldiario.es/clm/Foto-Alianza-Solidaridad_EDIIMA20160401_0860_18.jpg