miércoles, 15 de julio de 2015

CREENCIAS




Por: Carmen Muñoz de Gonzalez


Mi querida comadre Josefa fue criada en el campo, a lo ancho, como florecita silvestre.  Comiendo guayabita sabanera y tomando guarapo de caña como lombriz de tierra.

Cuenta ella que había una creencia: que el tripón o la tripona que no comenzara a caminar a cierto tiempo debía recibir un remedio infalible para esto.  Este solía ser: buscar las cuerdas de un venado - que se lo encargaban a un buen cazador de la zona, vecino del sector-.  Al traerlas las dejaban secar al sol y sereno.  Al estar listas se las amarraban alrededor de los tobillos y con ellas embadurnaban las piernas con canela y huevo.

Esta suerte de amuleto o tratamiento lo cargaría hasta que comenzara a dar sus primeros pasos.  Asociaban que como el venado camina tanto, es ágil para correr, esta acción se la transmitía al niño o la niña y como en un santiamén arrancaría a caminar y  problema resuelto.

¡Qué creencias tenía esa gente!  Ese caminaría cuando le llegara su tiempo.

Métodos que el hombre inventa para alcanzar algo, pero es el tiempo quien lo da.


COMENTARIOS:


De: Gonzalez Maigualida ESO ES EL FOLKLORE... Y LAMENTÁNDOLO MUCHO SE ESTAN PERDIENDO...



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