miércoles, 10 de abril de 2019

VIERNES SANTO VILLACURANO

 

 NOTA: Todas las fotos son tomadas del facebook de Ramon Alfredo Corniel

Hay dos viernes en el año que causan admiración en mi querida Villa de Cura (estado Aragua, Venezuela), son el Viernes de Peregrinación (Culto a nuestra Santísima Virgen de Lourdes)...

 

 y Viernes Santo... a Jesús yacente en el sepulcro.

 

Por la fe son tradiciones, costumbres villacuranas, las procesiones de la semana Mayor. Desde el Lunes Santo, Martes Santo, Miércoles Santo y la mayor: el Viernes Santo. Todo el día el Santo Sepulcro está en la calle . Lo trasladan desde su casa a la iglesia, luego en la noche vuelve a hacer el mismo recorrido pero en sentido contrario para regresar a su casa.


 

 Por la fe se tiene propósito de vida, la fe en lo que se espera, la prueba de las cosas que no se ven.

Nuestras procesiones se engalanan con música sacra tocada en vivo, antes dirigida por Don Víctor Ángel Hernandez, y luego por Germán Cordero. Nos deleitamos con marchas como María al pie de la cruz, Jerusalem, La Caridad, La Humildad de Jesús, autor de las mismas Don Rafael Hernández León, oriundo de Cagua y padre de Don Víctor quien hereda su legado y lo transmite a otros.

Todo un concierto solemne y el pueblo transportado al éxtasis religioso, meciendo de lado a lado el Santo, dejándose llevar por las notas musicales.

El Viernes Santo se acostumbra sacar al preso. La policía tenía su sede frente a la Plaza Miranda, lugar de paso obligatorio de la procesión del santo sepulcro, y aunque cambiaron su sede a otro sitio aún se conserva el edificio como tal y la tradición de soltar a un preso así como en su momento los judíos soltaron a Barrabás. Allí parados frente a la edificación los gendarmes, en señal de respeto y frente a la imagen que en el momento que cruza en frente detiene su avance Sale entonces en franca carrera un hombre cualquiera del pueblo y al golpe del planazo que recibe entra a formar filas debajo de la mesa del Santo para cargarlo.

Esto lo hace uno en señal de promesa, por agradecimiento a algún favor recibido. Y si para la fecha no había alguien detenido, siempre algún borrachito que anduviera ese día cerca de la plaza era presa segura para ser llevado a lasede policial y esperar el paso del Santo para su liberación.

Todos los presentes atentos, en silencio. con ojos fijos a la puerta de la sede policial, observando la salida para luego exclamar:

-¡Era perencejo o zutanejo, que lo agarraron!"

La venia del Santo, la bendición para liberarnos de tantos males que nos aquejan y la penitencia el planazo por los errores cometidos y el hasta el próximo año. Otro pagará promesa, pasa la procesión y las calles vuelven a quedar oscuras

Camen Muñoz de González, Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela

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