domingo, 25 de agosto de 2024

No es necesario tener de sobra para poder dar a otros

 





En la esquina de Régulo Ortega, allí en la calle Comercio de Villa de Cura, estado Aragua, en la otra 

esquina, la del samán, o, mejor dicho, antiguo bar de Guariguata, no menos de una cuadra de la plaza Bolívar,  está un guairense: Renny Avellaneda. Traído desde La Guaira a sus diez años aquí a nuestro pueblo y se quedó para siempre, porque el que toma agua del río Curita nunca más se marcha de aquí.


Él tiene un establecimiento de autogomas. Hace gomas para cualquier aparato que lo necesite pero se ha trazado una meta y es ayudar al prójimo. Cualquier persona con discapacidad que use bastón, muletas, silla de ruedas, gentilmente él *sin cobrar un céntimo* le hace su reparación y de allí salen con su gomita antiresbalante.

"Lo poco que tengo lo comparto con mis semejantes"
Este es su lema. Y se siente contento, satisfecho, por la labor realizada.


Aunque él no mencionó nada al respecto, de fuentes altamente confiables, recibí la información de que al amigo Renny le apasiona la música y que, de hecho, estuvo un tiempo recibiendo clases de guitarra con la Prof. María Teresa Fuenmayor, actividad que se vio obligado a abandonar ya que su trabajo le absorbe mucho tiempo y no podía practicar entre una clase y otra y como bien se sabe qué la música es "10% de inspiración y 90% de transpiración" no pudo en ese momento lograr ese sueño de completar su aprendizaje con la guitarra.






En este tiempo de las fiestas de San Luis Rey de Francia, Santo Patrono de mi pueblo...



...vaya hasta Renny mi saludo de agradecimiento como villacurana por la buena labor que realiza este buen hombre en provecho de quien lo necesita y sin fines de lucro.

Eso es lo que nos identifica como pueblo: la solidaridad de las personas.

Carmen Muñoz viuda de González


sábado, 17 de agosto de 2024

COSTUMBRES DISTINTAS



 


Gracias, Momentmal, por publicar esta foto libre de derecho de autor en Pixabay.com



Arriba en la ladera hay una casita humilde con sus animalitos y árboles frutales. Se oye en el pueblo que sus habitantes son unos viejitos lo dos y amorosos ellos.


En época de frutales, reparten a todos los que se les acercan ricas pumagás y apetitosas cerecitas.

Yo sentí inquietud y la idea de irlos a visitar remolineaba en mi mente, porque lo mas llamativo para mí era que decían en el pueblo que tenían lindos escritos sobre animales y yo soy amante de ellos.

Un día, muy temprano, me dirijo hacia la casa de la ladera y ¡Cual es mi sorpresa! ¡Al irme acercando veo a la señora con la cabeza echada en un tronco de árbol!

Su largo moño de cabellera colgaba. Y veo al señor blandiendo una filosa hacha.
Me quedo sorprendida y, al ejecutar un golpe él, al mismo tiempo yo grité con pavor. Fue un grito espantoso, de dolor. Pensé que le había cortado la cabeza.

Pero... no. No era eso. Esa era su forma de cortarle el cabello a la viejita. ¡Vaya prácticas!

Carmen Muñoz viuda de González, Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela

Fuente de la imagen:https://pixabay.com/photos/axe-ax-hauklotz-chop-wood-hack-2715519/