viernes, 4 de enero de 2019

1.-¡AH, COCHINO VERRACO!



Uno de mis deseos de Año Nuevo y apoyándome en la creencia del horóscopo chino dado por la celebración de este año





El Año del Cochino o Jabalí, y siendo el mismo mi carne predilecta, mi deseo es que no falte en todo el año su preciosa proteína en nuestros hogares y lo podamos disfrutar en un arrocito con auyama, sopita, guisadito con aceitunitas, unas arepita rellenitas, con yuca y mojito, frijoles con patica de puerco, cachete de marrano frito, manteca para los bollitos, nada de él se pierde, el rabo las orejitas para chicharrón.

¿Qué le parece, comadre, compadre? ¡Qué exquisito es el cochinito! Vivo hediondo es pero fritico qué sabroso huele. Tantos nombres que se le dan: puerco, marrano, verraco, lechón, cochino, cerdo, coi-coi. Para los nacidos en el Año del Cochino una de sus características es su comportamiento natural: buena persona, sincera y popular, pero debido a su generosidad desmedida a menudo se compromete sabiendo que es imposible cumplir y esto lo pierde. Por confiable y bondadoso a veces es víctima de estafa.

Hay un cuento por allí de cuando existió el Club Sorocaima aquí en Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela. Era un primero de enero de la década del '60 para festejarlo ese día los socios compraron un cochino en pie (vivo) . Todo un acontecimiento entre matar y preparar dicho animalito. Lo arreglaron sin haber sido refrigerado, en el mismo sitio, entre tragos y tragos Manuel Jimenez, Pedro Girados y Meneco. Llegó el Año Nuevo y luego de las celebraciones particulares se dirigieron al club para la fiesta y el consumo del susodicho cochinito.

Todo el día fue un gran festín: bailes, risas, bebidas y comidas. Llegó la noche, pero como siempre hay un pero comenzó un fuerte dolor de estómago entre los asistentes: hombres, mujeres y niños. Al rato se convirtió en una diarrea colectiva que obligó a que apagaran las luces del patio de bolas criollas para que pudiera servir como sanitario público ¡Una epidemia! ¿Ganas de volver a comer cochinito? ¡Qué va! ¡Tardó mucho tiempo antes que les provocara de nuevo! ¿Jugar bolas criollas? ¡Menos! Y las maldiciones para el pobre cerdo que estaba descompuesto. Este suceso fue el hazmerreir durante mucho tiempo de todo el pueblo villacurano.

¡Ah, cochino verraco!


Carmen Muñoz de Gonzalez, Villa de Cura, Aragua, Venezuela



COMENTARIOS

Tibisay Vera todos esos momentos los recuerdo y especialmente maestra Carmencita cuando FUISTE REINA DE NUESTRA QUERIDA VILLA DE CURA JEJEJE tiempos aquellos



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